sábado, junio 20, 2015

Están ganando los infames


Durante años han ido construyendo una estructura protectiva desde la legalidad que les otorgaba los puestos que iban ocupando ganados con una impersonal apuesta democrática o a simple dedo del financista. Todos aquellos que vislumbraban las altas y buenas posibilidades de hacerse ricos se iban uniendo año tras año aportando sus dones oscuros para fortalecer esa telaraña que hoy nos tiene atrapados y a ellos libres. Al final todos son cubiertos por su manto que los hace inmunes al espíritu elemental de la ley... la justicia.
No se les ve angustiados, mucho menos asustados, muestran con total descaro sus rostros, y con la torpeza inmune, que los caracterizan, dicen cualquier cosa y hasta renuncian a antejucios, ya sabidos de que “nada pasará” que cualquier cosa sucederá y dejará de suceder, pero todo a su favor.
Cuando me han asaltado y violentado siempre busqué verles la cara a esos criminales y descubrir en ella algún dejo de pena y vergüenza, pero no, no ha habido nada de eso, al contrario se denota al todo poderoso psicópata. Lo mismo me pasa cuando veo sus rostros en los medios de comunicación. Es lo mismo y con el agravante que los conocemos, que son personas públicas; en tanto que los primeros se la juegan a tal punto que son ajusticiados tarde o temprano.
Nuestros políticos y sus estructuras corruptas y violentas duermen tranquilos sabedores que “nada pasará”, entre tanto nuestra frustración se refuerza una vez más y lentamente vamos dejando de expresarnos públicamente, enojados, fastidiados porque las leyes están bien hechas para el ciudadano llano, que se equivoca, se accidenta, se desespera y actúa en su deseo de algo mejor para él y su progenie.
Ojalá que de todo esto salgan nuevas formas de externar nuestra inconformidad y si alguien tiene que morir ojalá sean esos que nos han utilizados como los esclavos, los tributarios de la SAT, y nos sigan muriendo los que saben que morirán porque el sistema de salud no podrán evitarlo y a los otros que morirán sin siquiera saberlo porque el Estado copado por esos rastreros es inoperante para protegerlos y promover su desarrollo, porque siguen promoviendo y necesitando votantes cautivos por la ignorancia, la miseria, el hambre y la enfermedad. Mientras tanto los que reparten y se hacen ricos y cada vez más ricos con los tributos de los ciudadanos que con o sin empleo tienen que pagar para tenerlo, esos ...siguen entronizados sonriendo diabólicamente viendo como sus compinches evaden o se escudan en la misma ley y los que creen en ella para salirse con la suya, con su insaciable ambición por el dinero que les permitirá satisfacer su igualmente insaciable vacío del consumismo.

No se vale, no se vale...no se vale  

miércoles, abril 29, 2015

Identidad desconocida pero reconocida

Por qué querer entender dentro de la maraña de falsedades que proyecta el “presidente de Guatemala” lo que puede quedar de auténtico , Son tantos años de deformación del ser humano que ya ni el nombre importa, es solo una formalidad para distinguirle dentro de otros tantos millones de guatemaltecos. Para estos personajes hay que inventar una palabra en grado superlativo que seguro contiene en su raíz muchas otras que hasta hace algunos años serían suficientes para que este tipo de personajes se llenaran de vergüenza, corrieran con la cara oculta buscando alejarse del grupo social que hasta entonces los acogía como uno más que en iguales condiciones había asumido la responsabilidad de velar por la polis.
Descaro, sinvergüenza cinismo, desfachatez , serían algunos de los vocablos que sustentaría la nueva palabra con la que deberíamos describirlos, considerando que su sola expresión bastaría para que cualquier político repensara torcer el verdadero sentido de su actuar como tal. Decirla a un político corrupto, marrullero, hipócrita y las otras palabras iniciales en el párrafo sería suficiente para deshacernos de él y castigarle con el destierro eterno , porque en esto no podemos pensar en la reconversión ya que su núcleo persona está podrido y seguramente nos engañará de nuevo.
Lo mismo pasa con el presidente, ya no vale la pena escucharle , verle o menos ponerle atención, y este es solo un esfuerzo que me lleve a ratificar que la deformación militar es tal que nos deja humanos enfermos peligrosos que con toda la estructura crea para ellos y por ellos buscan granjearse el turno de enfermizo poder en donde nos ven sobre el hombro como las presas suculentas que satisfacen todas sus bajezas y aun así reciben adoración, devoción pleitesía de aquellos que por tanto garrote ya su cerebro presenta profundas marcas de lavado irremediable con solo un pensamiento: “chafa y ... comida segura” sin duda que nos siguen considerando lo miserables por los que ellos existen y tienen sentido, cuando en realidad es todos lo contrario.
En los antros criminales se maneja una dolorosa pero triste expresión: “La vergüenza pasa el pisto queda”, y esto se extiende a la familia de los criminales, estos no ven y mucho menos se avergüenzan de lo que su papás o mamás hacen y en conjunto “normalizan” el oprobio y con ello y sin el menor descaro asumen su propia criminalidad justificando todo ya que han aprendido a vivir de esa forma nada honorable y seguro buscarán el momento para asaltar el poder por el cual sus progenitores igualmente los deformaron.

El presidente hace muy bien su papel de muerto viviente y su conciencia le permite ser el más vivo deshonesto que con su mascarada engaña solo al pueblo que ha renunciado a pensar, o le han robado esa obligación humana de la vida en sociedad. Son con él terribles monstruos que cual lampreas se alimentan de la esencia del gigante dormido que se quizá se de cuenta que lo están vaciando cuando tenga ya poca fuerza para sacudirse de su maltrecho cuerpo a los detestables parásitos que lo han llevado al estado precario de salud, educación y desarrollo en general en el cual ahora está.  

domingo, abril 05, 2015

Barbarie


El sistema actual ya está agotado hace años, la necedad de los políticos, militares y 
empresas; corruptoras de verdaderos cambios en favor de las personas se está tornando 
en una realidad solo imaginable en nuestras peores pesadillas. La desesperanza entre el 
mismo pueblo hace creer a unos que la única solución es la suya, y se han transformado enseres bárbaros, caníbales de la humanidad, aferrados a ideas, alejadas totalmente de la 
compasión, del perdón, de la fraternidad y del amor profundo por la vida. La Humanidad 
somos uno y si masacramos una sola célula nos estamos aniquilando del universo. 
No nos merecemos esto. 
Regresa el oscurantismo, está de regreso en las declaraciones y las acciones motivadas de los líderes religiosos que encuentran una gran pantalla en los medios de comunicación, primero la violencia 
reprimiendo a los impíos, a los infieles y luego justificando que hay que “respetar” las ideas y que no hacerlo es razón suficiente para morir. Acaso no fue lo mismo con las cruzadas, 
persecución de los protestantes, la persecución y masacres entre sectas católicas, 
cristianas o musulmanas. No acaso miles de víctimas cayeron presas de las peores torturas las más deshumanas formas de morir impuestas por la “santa” inquisición, hoy han pedido perdón por algunas de esas atrocidades. Vamos, preguntémosles a los millones de 
indígenas americanos, a los indígenas africanos que cayeron muertos, exterminados por 
esa misma ideas que ahora regresa con el garrote listo para reducir al orden a los infieles, a los irrespetuosos de las ideas “sacras”. Que caro, con costo de sangre, con destrucción del ser, con su reducción a la imagen de piltrafa, solo así será aceptado, de lo contrario es 
candidato a morir porque no “respeta” las “ideas” sacralisadas a sabor y antojo de algún líder putrefacto de poder. Vaya terror implementado, primero los golpecitos en la espalda 
con biblia o corán, o cualquier otra cosa que le hayan impuesto rango divino, luego un 
discurso apoteósico, fulgurante, intimidatorio, amedrentador, aterrador de mentes débiles que huyen y se esconden ante la imagen del infierno, y si esto no 
funciona entonces la persecución, el señalamiento, el escarnio, la descalificación y sobre
todo la maldición y la condena. Y esa condena es de muerte en nombre del amor 
grandísimo de dios o de sus profetas; vaya ideas, vaya amor.
Estamos de nuevo a las puertas de una nueva edad media que lo único que dejará al igual que la primera, cientos de años de oscuridad que suman al ser humano en su más baja 
expresión de SER y que ante el terror pocos se animarán a mostrar que todo esto es solo 
por “ideas”, ideas creadas por hombres que las necesitan para sentirse seguros en su parapeto de salvoconducto a la nada, a su cielo, a su paraíso. Ideas capaces de ser 
implementadas y defendidas a muerte por idiotas que asumen con total seguridad que es loque tienen que hacer, resumir al otro a su mínima expresión, sin que sea capaz de levantar la cabeza como ese SER que en soledad o en colectividad nos ha llevado a un punto que 
nos hace capaces de transformar para bien o para mal el mundo y a eso le llamamos 
desarrollo. Ahora puede que callemos sumidos por el terror pero al igual que muestra la 
historia en todos los momentos de bestialidad represora siempre hubo y habrá grupos 
subvertores que filtrarán ideas liberadoras que tarde o temprano romperán con el 
tapabocas, con el garrote, con la violencia y con la muerte y la humanidad dará un paso 
adelante y las nuevas generaciones quedarán horrorizadas con la capacidad bestial del ser humano y al igual que hoy nosotros nos horrorizamos de las masacres en Guatemala, las masacres en América Latina, en África, en Asia... Ellos se horrorizarán de los que hoy pasa y construirán museos, fundaciones e instituciones para que no pase de nuevo. Vaya paradoja.

martes, marzo 31, 2015

“Maras y Pandillas, Comunidad y Policía en Centroamérica”


Quiero comenzar mi comentario con respecto al ejercicio investigativo “Maras y Pandillas, Comunidad y Policía en Centroamérica” recurriendo a la primer anécdota de Fernando Gutiérrez Duque narrada en su libro “Veredas a Contraluz”:
En Normandía, en la penumbra de la madrugada del “Día D” (1944), un soldado alemán sintió de improviso la presión de una metralleta en su pecho. Sorpresivamente, el oficial americano apartó el arma y desapareció entre la maleza. Casualmente, meses después, se reconocieron en un campo de concentración de la Alemania vencida. El soldado alemán preguntó ¿Por qué no disparaste? Y recibió de respuesta… Estabas demasiado cerca”
Hace ya bastantes años que en la ciudad de Guatemala se inició el fenómeno de las pandillas juveniles, más o menos como hoy las conocemos, reconociendo que su evolución ha sido vertiginosa y la forma de tratarlas se estancó en la generalizada represión. Acaso con ello no seguimos tan alejados de entender el fenómeno,
de hacerlo realmente nuestro y acercarnos a sus raíces y desde ahí trabajar para que el desangramiento, la violencia y la muerte no continúe. Cuanto tiempo más vamos a seguir gastando en hacer lo fácil y renunciar a la complejidad de la respuesta necesaria. La adaptación como ente socialmente vivo hace pensar inmediatamente que todos estos años, todos hemos estado perdiendo una guerra en donde no hay ganadores pero si miles de víctimas acalladas, silenciadas en sus sueños, amputadas de la vida, arrebatadas por la oscuridad de la desatención, de la indiferencia, de la injusticia, de la impunidad y permisividad de un sistema que permite y favorece que pase, se transforme y con ello se adapte a los nuevos tiempos. Aglutinando a más creyentes alrededor de la premisa que el mal paga cuando el mensaje es constante y repetitivo al respecto, conoces las fracturas del sistema y tienes la plata para pagar, pronto estarás en la calle de nuevo, y los que no la tienen simplemente esperarán su turno de salir de la “escuela criminal” a la que los han llevado. Y son los jóvenes, los más jóvenes los que aprenden de las conductas adultas. Porque se aprende de lo que se ve no de lo que se discurre.
A cuántos de los presentes les puede parecer cercana la expresión: “A la juventud actual le gusta el lujo. Sus modales resultan inadmisibles. Deprecia a la autoridad, no respeta a las personas mayores, se queja de tener que trabajar. Contestan (mal) a sus padres, se ríen de la sociedad, engullen la comida, cruzan las piernas, tiranizan a sus padres” (Sócrates, 600 a.c.)
Si, la cimiente del fenómeno lo aportan los y las jóvenes en el área, pero igual sucede en Europa con los marroquíes y en Australia con los “libs” jóvenes excluidos, marginados, hijos de desplazados culturales, que han migrado tratando de dar un mejor futuro a sus hijos, lo mismo acá en donde la búsqueda de un mejor porvenir para las familias y su descendencia hacen que se den desplazamientos migratorios violentos que exponen al desarraigo total a la progenie.
Apenas si habíamos salido de una historia reciente de violencia de guerra, cuando ante el vacío de liderazgo, el poder real es tomado y mantenido por individuos y organizaciones oscuras que aun hoy se sabe que existe, todo mundo habla de ello, pero nadie le pone nombre y apellido. Se platica del tema en reuniones con amigos, parientes o compinches motivando el morbo y la desinformación como medio de saberse poderoso y sobre todo bien relacionado, pero plenamente identificado con la pesadilla del no se puede hacer nada y de seguro que si lo mataron fue porque andaba metido de narco ó marero, acaso no es la misma reflexión utilizada durante el conflicto armado en nuestro país en donde si alguien caía asesinado inmediatamente se expresaba “Seguro con la guerrilla andaba ó bien... seguro que oreja era”.
Todos hemos guardado silencio, convirtiéndonos con ello en cómplices al igual que lo somos al no comprometernos como ciudadanos a la entrega de respuestas con compromiso personal. Hoy se comparte esta investigación que recopila lo que todos sabemos y compartimos en el trabajo de prevención, hoy lo dice un documento científico que se fue construyendo con el aporte de cientos de personas y que perfectamente puede tener una reflexión histórica reciente que nos apoye en la comprensión del fenómeno y de la discusión ver nacer mejores metodologías de abordaje, mejores estrategias de atención, mejores prácticas y sobre todo compromiso de estudiosos, académicos y técnicos que hacen posible la propuesta y sobre todo el trabajo que ya se hace en toda el área y que lamentablemente muchas de las veces queda in visibilizado, disminuido o terriblemente desprestigiado por otros que igualmente no proponen y mucho menos trabajan, quedando con ello la clara duda respecto a su interés en favor de la continuidad de la tragedia social en la que vivimos. Todos tenemos miedo, y somos amantes de la vida y la vivimos en la medida que la dignidad nos lo permita o en el peor de los casos nos convertimos en cómplices de la indiferencia, del individualismo salvaje que recurre a técnicas darwinianas para sobrevivir cada cual y su prole; … los demás que vean como salen, al fin y al cabo quien los obligó a meterse en una pandilla. Olvidando que este fenómeno es intrincadamente multifactorial y en donde solamente la suma de: desaprobación, falta de oportunidades, exclusión; reflejada en las instituciones sociales debilitadas y desprestigiadas, dan como resultado esta situación. Ahora vemos con ojos de lástima, menosprecio, odio, terror a todos esos jóvenes; los vemos así y no como esa parte nuestra que no ha podido enfrentar la vida con mejores oportunidades y que sin saberlo nos hundimos con ellos, morimos con ellos, dejamos de pensar con ellos y nos hacemos uno con el terror, con el llanto, con la violencia y con la muerte a la que en los últimos tiempos nos hemos acostumbrado, no hemos tenido tiempo para aprender a vivir de otra forma, salimos de una guerra y entramos a otra en la que los actores seguimos siendo los mismos.
La juventud en riesgo o alto riesgo de integrarse a procesos de pandillas no tiene tiempo, hoy su concepción vital se remite a ciclos que apenas sí superan los veinte años, superada esta etapa son veteranos encarcelados, mendigos, adictos, cínicos sociales, carentes de letras y de artes con las cuales ganarse la vida. Jóvenes que han roto con muchas relaciones en la sociedad y que muchas veces les queda la desgastada familia o la ya desconfiada comunidad como último reducto de re inserción social.
Es a partir de productos como el que hoy recibimos que nos podemos detener un momento a reflexionar y sobre todo a releer nuestra realidad para actuar como verdaderos miembros de una sociedad que con nosotros ha sido mejor y que a través de ese compromiso ser agentes de cambio que aporten a la reducción, mitigación y reinserción de la población infanto juvenil que esta quedando fuera o arrinconada en la puerta de la desesperanza e aquí el compromiso para el resto de nuestras vidas.
Compromiso que algunas personas han tomado en Centroamérica y llevando adelante programas de prevención, acompañamiento, mitigación y reinserción a riesgo de la estigmatización heredada de la población acompañada, donde somos vistos con los mismos ojos de la exclusión, a riesgo de caer muertos bajo la violencia y ser tildados por pandilleros o protectores de pandilleros, narcos o simplemente desgastados y trans nochados defensores de los Derechos Humanos y con ellos de los Derechos Civiles. Buscar prevenir es nuestro gran pecado, buscar hacer lo que la sociedad en su conjunto y el Estado a través de sus organizaciones hace a ratos o parcialmente por cumplir con las presiones nacionales o internacionales, un préstamo; pero en donde claramente se ve que no existe Política de Juventud dispuesta de recursos coherentes con la necesidad de prevenir, alejándose de intervenciones estructurales que favorezcan la reducción del fenómeno con propuestas sostenidas de desarrollo integral de nuestros países. Existen en la región propuestas comprobadas y funcionales que dejaré de enunciar por no desvalorizar a ninguna y promover entre los interesados su búsqueda como una posibilidad real de llevar adelante programas regionales, en el mejor de los casos, o nacionales, respetando el necesario tratamiento particularizado a un fenómeno que tiene sus propios matices de una comunidad a otra y de un país a otro.

sábado, enero 10, 2015

Tabú ... mito... el ejército en Guatemala

Somos una sociedad con un intrincado tejido histórico que nos hace ser o parecer de una u otra forma según sean las circunstancias. Diría que somos muy miméticos y que podemos llegar a extremos violentos con mucha facilidad si las condiciones nos llevan al límite, de lo contrario la pasamos con el día a día, sacándole chiste a todos nuestros males, nuestras desgracias, nuestras limitaciones... Nos desahogamos con un chiste, con una mofa, con un rezo, una oración, cantos, alabanzas y por que no construcciones déicas a la medida para poder empezar de nuevo la vida con el sol de la mañana siguiente del día de borrachera de cualquier tipo generada por nuestra realidad cotidiana. Realidad que en el fondo no nos gusta nada pero que enfrentamos todos los días, al final conocemos los medios o métodos para saberla llevar, resilientes seguro. En esta forma particular de ser tenemos nuestros tabúes, nuestros mitos que han calado en nuestro consciente y más profundo en nuestro sub consciente al lado de los peores terrores, claro lo digo desde un lado de la población que no pretende ser uno más de advenedizos que las migajas los hacen sentirse como los mayores depredadores modernos, al final esta es una de las estrategias que en nuestra historia ha funcionado bien, de ahí que el viejo dicho popular tenga muy claro su alcance “chafa y cura comida segura”; hoy perfectamente cala para políticos, narcos, crimen organizado, y pastores que han encontrado en ese bidente histórico los principios para hacer lo mismo y obtener beneficio de un pueblo que parece, hasta ahora, que aguanta con casi todo. Pero acá trato de acercarme al sin sentido que países como Guatemala tengan ejército. Resabio de aprendices guerreros medievales, más aun protohistóricos descubridores de la guerra, la explotación de los otros y del trabajo ajeno. Poder, riqueza, favores y con ello impunidad absoluta, la rosca en la cual se vive muy bien a costillas de los cautivos, de los tributarios, les cobro con terror, con “protección” cuando ellos encierran en sí mismos las más perversas mentes criminales, estrategas del terror y cínicos paladines guerreros de sus propias secreciones anticiudadanas, “necesarios” para un Estado decadente y distinto al que realmente necesitamos, si podemos decir que sea necesario como hoy lo conocemos. El imperio les provee la condición de “policías” al estilo de los “tonton macoute” la gestapo la propia vigilancia judía en los guetos de concentración. Si al mismo estilo, con nuestros recursos, con nuestra gente, (no hay peor cuña que la del mismo palo) y todo aquel que se les va un poquito de la mano simplemente lo derrocan, lo persiguen y aniquilan y ahora la moda de ser perseguidos por narcotraficantes, pero insisto solo si se les va de las manos hasta donde quieren que llegue. Son como aquellos perros con cuerda extensible, llegan hasta donde el amo quiere. Muchos de ellos se dicen “revolucionarios” y han armado cada lío a su manera pero muy pronto son aniquilados de una u otra forma, ya sea eliminándolos físicamente, dándoles el poder, dinero o una embajada, todo dependiendo de lo que indique el cardex convenientemente guardado desde sus primeros años de formación, bueno esto en duda, digamos como ellos: adiestramiento, si adiestramiento cual bestias cargadas de afilados dientes y garras para actuar cuando les sea activado el “chip” a la distancia, a control remoto y todos pagaremos por ese despertar. No tiene sentido que exista cuando una de las premisas es salvaguardar las fronteras, la soberanía... !que soberanía! si hoy es tan porosa y se abre y cierran a su antojo. Cuando los cargamentos de cualquier cosa entra y sale por donde sea a salvaguarda de un poder oscuro y maloliente. Hoy aun cuentan con un banco, financieras, franquicias, etc. Se nutren a sabor y antojo de los fondos públicos gracias al poder que ejercen en cada gobierno, militar o no que se turna. Instituciones que son saqueadas continuamente a través de sistemas “legales” o de formas nada legales y si descaradas. Malversaciones que son justificadas porque son el ejército, toda condición fuera de la ley cobra sentido si está dentro de sus acciones, fueros especiales, hospitales especiales, cárceles especiales, todo especial como si fueran y así lo practican y lo muestran ante el resto de mortales, clase aparte, ungidos divinos o nobleza trasnochada. Hoy no tiene sentido que exista, hoy necesitamos ser de otra forma como pueblo, como país, que el imperio cuide de si mismo con su propia gente, que luche sus guerras con ellos, al fin nosotros no somos oposición para nadie a la hora de querernos invadir o conquistar, aunque suene desagradable y anacrónica la expresión. Seguramente la compasión o los intereses de alguien más velará por nosotros. Ya no vale la pena sostener instituciones como esta, carece de sentido en un mundo moderno en donde todos sabemos que es lo que pasa y tenemos el sabor del disgusto impregnado pero callamos, nos reímos con bromas silentes como las que hacemos con el propio dios o su séquito. Mucha gente la califica bien pero tendremos que ver cual es su nivel de conciencia histórica, su nivel de cultura general, sus niveles de educación e información, estos son la mayoría que dice si. Los que necesitan de la fuerza bruta, la violencia, el garrote para poder funcionar. Lo mismo funciona con el garrote o con la biblia, funcionan fuera de su libertad ciudadana porque se las han robado o la han subastado para poder seguir adelante, lo entiendo pero no, no lo admito. Los menos que dicen que son aquellos que han visto en la estructura la forma y el garrote de mantener el orden y a si mismos, sus privilegios, sus contactos y la trasnochada idea paternalista de ser los salvadores del pueblo que no deja de ser visto como el infante que debe ser corregido, como si no fuera esa misma estructura la que a fuerza de ausencia de servicios mínimos, que debieran ser entregados a un pueblo en el buen manejo de sus impuestos, nos deja débiles en todos los niveles pero no en el espíritu interior que deambula esperando encontrar el momento para ser una sociedad de otra forma en donde el ejército ya no exista y con ello nos hayamos librado de un peso histórico que nos deja más deudas que ganancias, mala inversión hecha hace más de cien años, no sabíamos como enfrentar los imperios de aquel entonces tanto los locales como los vecinos que nos acomodaron en la nuca el garrote que deformó a muchas generaciones y roba a las actuales el pensarse de otra forma, simplemente porque no la conocemos. Simplemente como el elefante que es incapaz de liberarse de una estaca clavada en el suelo, aunque su fuerza sea mucha, mucho más superior a ella. Simplemente le hicieron creer de pequeño que no podría y ahora ya de grande no lo intenta más porque le integraron el mito, el tabú que eso no se puede.

lunes, octubre 15, 2012

Ignorancia y soberbia

Muchas veces estuve de paso por Costa Rica y de inmediato me enviaban la cordial referencia de visitar antros de prostitución y consumo vario pinto de substancias; y si la estancia iba para más, pues visitar sus hermosas playas y sus extensos desarrollos ecológicos. Cuando optas por quedarte un poco más y conocer de cerca el mito costarricense, muy bien explotado en el extranjero; de inmediato nos buscan mostrar un Estado de bienestar, el Estado benefactor, en donde el desarrollo y paz se ofrece, se promueve y se vende. Basta adentrarse un poco en los territorios urbanos y entrar en contacto con sus pobladores para darse cuenta que la realidad es otra, que día a día se construye otra realidad; esa realidad ya común para los países del norte del triángulo centroamericano, lo escribo así porque al final tenemos raíces comunes y cada país se ha equivocado de manera estúpida en planificar nuestro futuro y algunos hemos tenido que vivir la guerra, las pandillas, el narcotráfico, la corrupción en formas y extremos inimaginables para el pueblo tico. Hoy confirmo como a pausas siguen acumulando los factores que en el triángulo norte de Centroamérica se dieron de golpe y han dejado secuelas y las siguen dejando en pueblos que sobreviven como ciudadanos de tercera clase, ocultándose para que la maquinaria de violencia no los arrolle y mueran anotados únicamente como una cifra más en el anonimato de las estadísticas siempre manipulables de “estadistas” y políticos de turno. Lentamente van perdiendo espacios públicos, lentamente van cediendo a la camaradería criminal de la exacción de pequeña monta, a la simpatía del distribuidor, al maleante no denunciado, todo para “llevarla bien” para “evitarse más problemas”. Lentamente se van quedando callados para evitarse problemas y reafirmando el falso principio ya experimentado en otras realidades en el que se piensa que en tanto no me meta ni se metan conmigo no me pasará nada; olvidándose que en este acumular la violencia descarnada tocará tarde o temprano a su puerta y entonces exigirá que alguien le auxilie, estará solo como lo está ahora, pero violentado en sus derechos, en su integridad, en sus capitales y hasta en su vida. Jóvenes de algunos barrios josefinos ven como pasa todo esto, ya han crecido en este ambiente y son las primeras generaciones de insatisfechos, jóvenes que desconfían y que ven como ya no pueden caminar por sus barrios y si lo hacen será en silencio y con el temor de enojar a alguien que lo ve como una amenaza y no como un potencial consumidor o en el peor de los casos como un simpático anónimo que trata de “llevarla bien”. Estas poblaciones jóvenes buscarán por sus medios como alejarse de la realidad a la que los ha empujado una historia medianamente reciente que los margina, los excluye y los deja a la buena de sus posibilidades para salir adelante vulnerabilizando su potencial para ser incluidos en una sociedad de satisfacción mucho más generalizada que en las otras sociedades centroamericanas. Estos jóvenes se ven como “no pobres” cuando las condiciones de sus barrios, sus viviendas y su alimentación es elementalmente básica. Esto último es un extremo que marca aun diferencia con barrios marginales pobres de los países como Guatemala. Hay que darle lugar a conocer la historia reciente de las realidades de países vecinos, sobre todo los del norte, para aprender de ellas y ser humildes para aceptar las cosas que están mal, débiles o frágiles que darán al botadero de la desventura estructuras que podrían evitar la transformación total en sociedades igualmente violentas, poco o nada justas, carentes de vivencia de ciudadanía al punto de ser llevados a los límites de Estados fallidos.

viernes, agosto 24, 2012

Posdata...

Amigo Niks tu reflexión compartida me parece acorde a las circunstancias en las que algunos miembros de las generaciones adultas se despiertan de un letargo en el cual ahora la vida les empuja a ya no evadir la vida social que les ha pasado por los ojos y en muchos casos les ha arrebatado trozos de su vida, violentándoles a tal punto que no se piense, que no se llegue a tener tiempo para la crítica profunda y comprometida ante la muy alta posibilidad de morir en el intento. Ahora al pasar los años y estar vivos de milagro no la creemos y tanteando con los dedos extendidos de la mano buscando en la oscuridad llegar a un futuro distinto, otro mundo para los que vienen detrás. No es ese duro y cruel que nos ha hecho de la forma que somos, frustrados, indiferentes, violentos, criminales, enajenados según las situaciones y las manos amigas o las enemigas nos excluyen, nos empujan, nos desechan o en el mejor de los casos nos han dado las mejores de las oportunidades... estar vivos y ser ahora parte de los que luchamos con nuestra propia realidad y nos queda tiempo y esfuerzo para intentarlo más allá de nuestra esfera social. Nos damos cuenta como los ciclos se dan infinitamente sin ser rotos para ser restablecidos de manera distinta; más favorables para las personas como entiendo en tu expresión, si, nos convertimos en seres aun más sensibles y a la vez exigentes, cansados por el sin sentido de haber vivido la vida pasada esquivando los retenes, las brechas los campos muchas veces minados, las trincheras y las batallas campales en las que quedaron miles de seres cuyo mayor pecado fue tener esta sociedad como cuna, la pacha con vinagre y el aire teñido de cianuro. Al final está en nosotros decidir que tan humana puede ser una revolución, hasta ahora no conozco ninguna que no haya terminado violentando criminalmente (incluida la muerte) a los que señala como el motivo de la misma. Y aquellos líderes que lo hicieron con conciencia humana se sacrificaron hasta el punto de que la vida les fue arrebatada o la entregaron en acto final de sacrificio. Murieron en el proceso y sus sucesores se comportaron como lo peor de la rapiña en nombre de un mártir, en nombre de los más necesitados, en nombre de un ideal. Ahora el acto revolucionario es como la gota de agua que trasforma la roca (violentando su geoforma) para darle cabida en el tiempo a algo distinto, nuevo cada día. No se te olvide que la herramienta, el concreto, los bloques y la estructura interna de cada revolución es el hombre, la persona, el ser divinamente complejo que puebla este mundo.